LOS GERMINADOS Y EL PAN ASENIO
“¡Si de pan no vive el hombre!. El alma del ser humano conecta con el amor de la madre tierra a través de las enzimas de sus alimentos: las llaves de la vida y de la salud”
-He creído interesante escribir este pequeño artículo sobre la alimentación con germinados por la gran importancia que pueden (y van) llegar a tener, no sólo en nuestra acomodada y cada vez peor nutrida sociedad, sino fundamentalmente para los casos de emergencia por desastres naturales, guerra, hambre… Sólo con el envío de un paquete de semillas conseguiríamos por un lado nuevas posibilidades de cultivo y por el otro alta calidad de alimento y medicina natural con bajo consumo energético.
-DEFINICIÓN (1):
Un germinado es cualquier semilla que ha brotado gracias al contacto con el agua, el aire y el calor, con lo que comienza a crecer. La germinación es una intensa actividad metabólica. En ella tienen lugar varias reacciones químicas, entre las cuales destaca la síntesis de enzimas. Los cambios químicos que ocurren en la semilla al germinar activan una fábrica enzimática poderosa, que no se supera nunca en cualquier estadio posterior de crecimiento. Esta rica concentración enzimática actúa sobre el metabolismo humano al consumirlos, conduciendo a una regeneración del torrente sanguíneo y de los procesos digestivos.
Con su excepcional vitalidad, su riqueza en vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas y demás sustancias biológicas activas, corrigen las carencias provocadas por la alimentación moderna, deteriorada por los procedimientos industriales. No es fácil mantener una buena salud con el modo actual de vida. Los germinados pueden ayudarnos mucho si los añadimos a nuestra alimentación ya que tienen unas propiedades nutritivas excepcionales.
Si diéramos un valor nutritivo hipotético de 100 a los granos y semillas, nos encontraríamos que: Si molemos el grano, ese valor se reduce de 100 a 10. Si hacemos germinar esos mismos granos, el valor nutritivo nos aumenta de 100 a 1.000, e incluso a 10.000.
La germinación representa pues la técnica más efectiva para aportar a nuestro organismo energía vital concentrada. Los procesos industriales de refinamiento de los alimentos ocasionan carencias en los mismos, que, a la larga, pueden acabar afectando a nuestro organismo; la adición de los germinados a nuestra dieta puede prevenir estas ausencias.
Personas con problemas digestivos, y enfermos convalecientes, que no pueden alimentarse con los demás alimentos crudos, pueden, sin embargo, comer germinados. Su riqueza enzimática facilita la absorción por el organismo.
El consumo de germinados no genera ácido úrico. Pueden tomarlos tranquilamente las personas que padezcan gota. Los germinados contienen mucha vitamina C y, por lo tanto, una persona que no esté acostumbrada a consumirlos y cuya dieta no sea rica en fruta fresca puede sentir efectos estimulantes.
Por esta razón, el consumo de germinados proporciona más vitalidad, y hace que desaparezcan el cansancio y los problemas digestivos. Gracias a su contenido en vitamina E, se ha demostrado experimentalmente que añadiendo germinados de avena a la ración diaria del ganado su fertilidad aumenta espectacularmente en ambos sexos.
Los germinados son el alimento idóneo para cualquier persona. No hay limitaciones de edad; son tan adecuados para los niños como para los ancianos.
Encontramos la descripción de las sencillas técnicas de germinación en las Escrituras de los Esenios, que vivían en Israel y Egipto en tiempos de Cristo, y en tiempos no tan lejanos, tanto Vasco de Gama como Magallanes pudieron realizar sus largas travesías gracias a los germinados, que protegían a su tripulación del escorbuto.
“¡Si de pan no vive el hombre!. El alma del ser humano conecta con el amor de la madre tierra a través de las enzimas de sus alimentos: las llaves de la vida y de la salud”
-He creído interesante escribir este pequeño artículo sobre la alimentación con germinados por la gran importancia que pueden (y van) llegar a tener, no sólo en nuestra acomodada y cada vez peor nutrida sociedad, sino fundamentalmente para los casos de emergencia por desastres naturales, guerra, hambre… Sólo con el envío de un paquete de semillas conseguiríamos por un lado nuevas posibilidades de cultivo y por el otro alta calidad de alimento y medicina natural con bajo consumo energético.
-DEFINICIÓN (1):
Un germinado es cualquier semilla que ha brotado gracias al contacto con el agua, el aire y el calor, con lo que comienza a crecer. La germinación es una intensa actividad metabólica. En ella tienen lugar varias reacciones químicas, entre las cuales destaca la síntesis de enzimas. Los cambios químicos que ocurren en la semilla al germinar activan una fábrica enzimática poderosa, que no se supera nunca en cualquier estadio posterior de crecimiento. Esta rica concentración enzimática actúa sobre el metabolismo humano al consumirlos, conduciendo a una regeneración del torrente sanguíneo y de los procesos digestivos.
Con su excepcional vitalidad, su riqueza en vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas y demás sustancias biológicas activas, corrigen las carencias provocadas por la alimentación moderna, deteriorada por los procedimientos industriales. No es fácil mantener una buena salud con el modo actual de vida. Los germinados pueden ayudarnos mucho si los añadimos a nuestra alimentación ya que tienen unas propiedades nutritivas excepcionales.
Si diéramos un valor nutritivo hipotético de 100 a los granos y semillas, nos encontraríamos que: Si molemos el grano, ese valor se reduce de 100 a 10. Si hacemos germinar esos mismos granos, el valor nutritivo nos aumenta de 100 a 1.000, e incluso a 10.000.
La germinación representa pues la técnica más efectiva para aportar a nuestro organismo energía vital concentrada. Los procesos industriales de refinamiento de los alimentos ocasionan carencias en los mismos, que, a la larga, pueden acabar afectando a nuestro organismo; la adición de los germinados a nuestra dieta puede prevenir estas ausencias.
Personas con problemas digestivos, y enfermos convalecientes, que no pueden alimentarse con los demás alimentos crudos, pueden, sin embargo, comer germinados. Su riqueza enzimática facilita la absorción por el organismo.
El consumo de germinados no genera ácido úrico. Pueden tomarlos tranquilamente las personas que padezcan gota. Los germinados contienen mucha vitamina C y, por lo tanto, una persona que no esté acostumbrada a consumirlos y cuya dieta no sea rica en fruta fresca puede sentir efectos estimulantes.
Por esta razón, el consumo de germinados proporciona más vitalidad, y hace que desaparezcan el cansancio y los problemas digestivos. Gracias a su contenido en vitamina E, se ha demostrado experimentalmente que añadiendo germinados de avena a la ración diaria del ganado su fertilidad aumenta espectacularmente en ambos sexos.
Los germinados son el alimento idóneo para cualquier persona. No hay limitaciones de edad; son tan adecuados para los niños como para los ancianos.
Encontramos la descripción de las sencillas técnicas de germinación en las Escrituras de los Esenios, que vivían en Israel y Egipto en tiempos de Cristo, y en tiempos no tan lejanos, tanto Vasco de Gama como Magallanes pudieron realizar sus largas travesías gracias a los germinados, que protegían a su tripulación del escorbuto.
COMO HACER LOS GERMINADOS EN CASA (2):
Lo único que se necesita para germinar los granos es un poco de agua pura, semillas que germinen y algo de calor. Con estos simples ingredientes, cualquiera puede conseguir germinados en casa. “Germinará mejor si no está directamente expuesto a la luz y si la temperatura es suficiente (20 o 25º C)”, afirma Gélineau. Pero, ¿cómo se hace? Primero se lavan los granos, que luego se depositan en un bote para cubrir su fondo. Se le añade agua (tres veces el volumen de los granos) y se lleva el bote a un lugar oscuro y cálido durante unas horas (varía en función del tipo de grano). Se escurre totalmente el agua, se enjuagan los granos y se lleva de nuevo el bote a un lugar oscuro y cálido (tapado para que no se sequen los granos). A los pocos días, éstos ya están germinados.
“Un germinador reciclado”
-Pero más sencillo todavía es germinar las semillas en el interior de un teta-brick agujereado y con una abertura en forma de puertecita en uno de sus lados, para acceder a él. Así no pierde ni humedad ni temperatura por las características impermeables y reflectantes del recipiente.
-A continuación voy a tomar la alfalfa como ejemplo idóneo para describir su valor nutritivo, propiedades terapéuticas y ecológicas ya que posiblemente sea la planta con mayores cualidades y amplitud de cultivo en todo el mundo.
PROPIEDADES TERAPÉUTICAS (3):
100gr. de brotes de alfalfa deshidratados contienen grandes cantidades de vitamina A,B, E, C, B1, B2, B6, B12, K, Niacina, acido pantoténico, ácido fólico, fósforo, calcio, potasio, sodio , magnesio, hierro, fibra, proteínas y grasas.Es una buena estrogénica ( por su contenido en derivados cumarínicos, flavonas e isoflavonas) muy útil en la menonpausia; antihemorrágica (por su contenido en vitamina K) e hipolipemiante, es decir que baja los niveles de colesterol ( por los saponódos que contiene). Está indicada en hipercolesterolemias, arterioresclerosis. También por su acción remineralizante, se emplea en osteoporosis, estados de avitamminosis general y tratamiento de anemias.
HUERTO Y JARDÍN (3):
La alfalfa puede ser utilizada como abono verde. Su función como tal es enriquecer el suelo de nutrientes, ayudar a fijar el N y a enriquecer el suelo en cerca de un 35% en fósforo asimlable en el suelo poniéndolos a disposición de los cultivos posteriores. Además dejan el suelo más mullido y suelto y lo enriquecen también en vida microbiana.
La alfalfa es muy interesante para utilizarla como abono verde en otoño, de esta manera ayudamos a que se recupere el suelo de los nutrientes que han sido extraídos por los cultivos de primavera y verano.
El procedimiento es sembrar la alfalfa y antes de que florezca, se siega y se deja como acolchado en el suelo o se incorpora superficialmente a la tierra antes de un cultivo a fin de mejorar la estructura y fertilidad de esa tierra, regenerar un terreno fatigado y multiplicar su riqueza en microorganismos.
PAN ESENIO O PAN DE GERMINADOS (4)
Es el pan que verdaderamente difundió Jesucristo en sus cruzadas, utiliza el grano germinado y no necesita levadura, por ello tiene un característico sabor dulzón. Hoy en día empieza a encontrarse, cada vez más fácilmente, en herbolarios y comercios de alimentos naturales.
Ingredientes:
Tradicionalmente se ha hecho a base de trigo germinado con un delicioso sabor, pero también podemos hacerlo con otras semillas. Optativamente también podemos añadirle semillas (girasol, sésamo, etc.), frutos secos (almendras, avellanas, pasas, etc.), sal marina o alguna especia (hinojo, ajo, anís verde, etc.).Estos otros ingredientes nos aportarán aún más nutrientes.
Elaboración:
Para moler los ingredientes necesitaremos una picadora de carne (las manuales son muy prácticas) o algún otro aparato eléctrico que sea de potencia. Amasaremos el resultado (no será tan necesario como en los normales) y le daremos forma con un grosor máximo de 3 dedos para que se cueza bien por dentro. Después, o lo dejamos secar al sol como antiguamente (técnica ideal para los pueblos nómadas), o lo horneamos (existiendo la posibilidad de hacerlo con hornos solares) a una temperatura inferior de los a 50º a fin de no perder los nutrientes de la germinación. Para evitar que nos quede un pan seco y duro por fuera pero crudo y demasiado húmedo por dentro le daremos una larga cocción que dependerá del grosor y humedad de la masa; en general lo ideal sería que fueran varias horas, cuestión de ir haciendo pruebas en casa. Otra opción es la cocción al vapor quedando más jugosito.
Propiedades:
Con este tipo de pan conseguimos un gran aumento de su contenido en nutrientes (sobre todo vitaminas B y E, y proteínas) gracias a los procesos enzimáticos que se producen durante la germinación.
Hay una especie de predigestión y eliminación de lectinas que son las que ocasionan ciertos tipos de alergias o subalergia al trigo, especialmente en las personas del grupo sanguíneo O y A.
Es un pan muy recomendable para aquellas personas que no pueden tomar ningún tipo de levadura. O con diabetes y problemas de azúcar ya que con la germinación desaparece la mayoría del almidón del trigo.
Pero hemos de recordar que aunque sea un pan germinado, al utilizar trigo, centeno o espelta, continúa conteniendo GLUTEN. Esto es muy importante para las personas celíacas que no deben tomarlo.
DIRECCIONES ELECTRÓNICAS DE DONDE HA SIDO EXTRAÍDA LA INFORMACIÓN:
(1) http://www.williams-cuernavaca.edu.mx/espanol/02-03/24.pdf
(2) http://aula.el-Mundo.es/aula/noticia.php/2002/01/17/aula1011200796.html
(3) http://www.corazonverde.org/yerbero/alfalfa.html