7 de octubre de 2006

"LA PARACUINA", un paraguas para todo

(Nota). Traducción y adaptación del modelo original diseñado por Marc Ayats Plana (marquitusus@hotmail.com) y que podemos encontrar en su página http://cuinessolars.iespana.es/.
En este link podéis aprender la paracuina más perfeccionada, la que describo a continuación es el desarrollo que le hice por mi cuenta con los materiales que tenía a mano tras el día que la conocí en el “Encuentro Solar del 2005” (Granada).

¡GRACIAS MARC POR LA GRAN MAESTRÍA QUE NOS OFRECES!


Sí señor, con el sol se puede cocinar de forma barata, saludable, ecológica y, cuando le pillamos el tranquillo, muy cómoda. No participamos en el consumo de petróleo y, al cocinarse a temperaturas moderadas, las comidas serán más sabrosas, nutritivas y agradables de hacer. Sabiendo la trayectoria del sol las podemos preparar con tiempo sin que se lleguen a quemar, sólo tenemos que reenfocarlas a cada hora como mínimo. Incluso podemos cocinar varios platos a la vez (un recipiente encima del otro), siempre que se encuentren dentro del foco calorífico.
Empezaremos por entender las bases físicas de su construcción, después ya nos podremos valer de nuestra creatividad y los materiales que tengamos a mano para hacerla. Tendremos en cuenta las 3 C: Captar, Concentrar y Conservar el Calor, cuanto más facilitemos estos tres factores más rápido cocinaremos.

- La refracción: Concentrar los rayos solares en un mismo punto es el efecto que tienen las llamadas cocinas solares, por ello tienen forma de embudo, semiésférica, cónica… o, como en el caso de nuestro paraguas, parabólica, la más conocida por su eficiencia.
Para cubrir esta superficie de refracción nos pueden servir espejos, interior de latas, tetabriks, el interior de bolsas de patatas fritas, papel de aluminio, papel de regalo… pero hemos de tener en cuenta que cuantas menos arrugas y más brillante sea el material mejor.
En la paracocina he usado paquetes de café de kilo (que me guardan en la cafetería) pegados con una cinta adhesiva (también reflectante) utilizada en fontanería y climatización (ferreterías y tiendas especializadas). Aquí todavía queda mucho por investigar, esto es lo que he encontrado más barato, resistente y brillante, el inconveniente que tiene es que abulta demasiado; lo suyo sería encontrar un tejido, ¿sabéis vosotros de alguno que se pueda conseguir fácilmente?.

- El aislamiento: Conservar la temperatura es el factor principal de los hornos solares tipo caja. Para ello se usa cartón, papel de periódico, ropa vieja, un boquete en la misma tierra… y se cierra normalmente con un cristal o plástico transparente que mantenga en su interior tanto la temperatura del aire calentado como las radiaciones solares. Por eso interesan hacer cocidos, la masa del agua guarda el calor durante largo tiempo.
También podemos aplicar el aislamiento en cocinas parabólicas simplemente introduciendo el recipiente en una bolsa o caja transparente, yo suelo reciclar las de chucherías que además me sirven para soportar el pote sobre el bastón del paraguas.

- La captación del calor: Las ollas han de ser de metal ligero y negro mate para que el brillo no refleje los rayos solares. Son de gran utilidad los botes de conservas (tienen paredes delgadas y cierre hermético), pero si usamos agua hemos de hacerle un boquetito a la tapa, como la olla exprés. Además al pintarlo podemos dejarle una ventanita para ver la comida. Tenemos que tener en cuenta pintar la base ya que a ella también llegan los rayos solares.

Consejos para su uso:
- Aprender a orientar la cocina solar es muy importante. Otra ventaja de la paracocina es que el mismo bastón nos va a servir para ello, la sombra de su puño ha de coincidir sobre el mismo centro (las 12 en un reloj de sol).
- Encontrar el punto de concentración del calor y situar el recipiente lo más cercano posible a él. En nuestro caso coincide más o menos con la intersección del bastón con las varillas (ver foto).
-Es aconsejable colocar la olla sobre algo elevado que permita al aire caliente darle por debajo, por ejemplo una parrilla.
-Tener bien limpios los reflectantes se nota mucho.
- La simplicidad a la hora de cocinar da mayor eficiencia, por ejemplo no echar sal a los garbazos facilitan su cocción. El freír resulta complicado, en teoría se podría pero resulta mejor hacerlo con agua o sin nada, el alimento directo en recipientes herméticos se prepara como si fuera asado al horno. Es curioso como se hacen los huevos duros sin agua, pruébalo, se cuecen con el aire del propio bote.

Bueno, y ¿qué hacemos para ahorrarnos combustible los días no calurosos?. Podemos optar por diferentes opciones:
-La cocina lenta. Un método muy cómodo y práctico como el tradicional que se usa con las paelleras de barro al taparlas con un trapo para que termine de cocer el arroz. Hervimos el puchero lo justo (dependiendo de los ingredientes será cuestión de cogerle su punto) y envolvemos la olla muy bien en algo aislante que mantenga la temperatura de su agua durante largo tiempo. Para ello pueden servir mantas, paja, saco de dormir, termos… El calor desciende lentamente aguantando hasta casi 6 h., según cómo se haya aislado; así llegas del trabajo y todavía está templado, listo para comer con todo el sabor y los nutrientes de los ingredientes que han sido liberados lentamente.
-La cocina económica. Es la cocina de leña con consumo lento que se ha usado toda la vida. Además de calentarnos la casa en invierno, podemos usarla tanto de horno como de hornilla, ¡y siempre tendremos agua caliente!.
Y así me despido, animándoos a difundir esta información trabajando con ella

Direcciones de interés:
Solar Cookers Internacional (SCI).
http://www.solarcooking.org/ y http://www.solarcookers.org/
http://cuinessolars.iespana.es/ (la de Marc)